¿Cuándo usar rayos X en odontología?

Los rayos X son una de las herramientas más importantes en la odontología moderna. Aunque muchas veces los pacientes se preguntan por qué es necesario tomarlos o sienten cierta preocupación por la radiación, lo cierto es que estas imágenes ayudan al dentista a diagnosticar problemas que no siempre se pueden ver a simple vista. Gracias a las radiografías, se pueden detectar caries ocultas, evaluar el hueso de soporte de los dientes, revisar raíces y estructuras internas, e incluso planificar tratamientos complejos como implantes o endodoncias.


Detección de caries ocultas

Aunque el dentista puede revisar la superficie de los dientes durante una exploración clínica, algunas caries no son visibles a simple vista. Esto ocurre cuando se forman entre los dientes o debajo de una restauración.

En estos casos, las radiografías permiten detectar lesiones en etapas tempranas, antes de que causen dolor o problemas mayores.


Evaluación de la salud ósea

Los rayos X dentales también sirven para evaluar el hueso que sostiene los dientes. Esto es especialmente importante en pacientes con enfermedad periodontal, ya que ayuda a medir la pérdida ósea y planificar un tratamiento adecuado para prevenir la movilidad dental o la pérdida de piezas.


Diagnóstico de infecciones y abscesos

Las infecciones dentales pueden avanzar hacia la raíz y formar abscesos en el hueso. Los rayos X permiten identificar estos problemas, que muchas veces no presentan síntomas iniciales. Con esta información, el dentista puede decidir si es necesario realizar una endodoncia, extracción o algún otro tratamiento.


Planificación de tratamientos

En odontología moderna, la planificación es clave para obtener buenos resultados. Las radiografías se utilizan para diseñar tratamientos de ortodoncia, colocar implantes, realizar extracciones de muelas del juicio y otros procedimientos.

Gracias a estas imágenes, el odontólogo puede conocer la posición exacta de las raíces, la densidad ósea y la relación con otras estructuras importantes, como el nervio dentario o los senos paranasales.


Seguimiento de tratamientos anteriores

Si el paciente ya ha recibido tratamientos como endodoncias, implantes o prótesis, los rayos X ayudan a verificar que todo se encuentre en buen estado. Permiten confirmar que no haya infecciones, fracturas radiculares u otros problemas ocultos.


Evaluación en pacientes jóvenes

En niños y adolescentes, los rayos X son útiles para monitorear el desarrollo dental y óseo. Ayudan a comprobar la erupción de los dientes permanentes, el espacio disponible en la boca y la presencia de piezas retenidas. Esta información es fundamental para decidir si se requiere un tratamiento de ortodoncia.


Casos de traumatismos dentales

Después de un golpe o accidente, puede haber daños internos en los dientes o en el hueso que no se observan a simple vista. Las radiografías son esenciales para determinar el alcance del daño y planificar el tratamiento de forma adecuada.


Tipos de radiografías dentales más comunes

Existen diferentes tipos de rayos X utilizados en odontología, dependiendo de la necesidad del paciente:

  • Radiografías periapicales: muestran el diente completo, desde la corona hasta la raíz.
  • Radiografías bite-wing: se enfocan en las coronas de los dientes posteriores, ideales para detectar caries interdentales.
  • Radiografías panorámicas: ofrecen una vista completa de la boca, incluyendo dientes, mandíbula y estructuras vecinas.
  • Tomografía computarizada (CBCT): proporciona imágenes en 3D, utilizadas en implantología y cirugías complejas.


Seguridad de los rayos X dentales

Una de las preocupaciones más comunes es la exposición a la radiación. Sin embargo, las radiografías dentales actuales utilizan niveles muy bajos de radiación, además de contar con equipos digitales que reducen aún más la exposición.

El odontólogo solo indica rayos X cuando son realmente necesarios, asegurando que los beneficios superen ampliamente cualquier riesgo.